Localidad: Barriosuso

Este monumento se ubica en la ribera del río Mataviejas, al pie de la Peña Cervera y a medio camino entre los municipios de Santibáñez del Val y Barriosuso, en pleno valle de Tabladillo. Su emplazamiento en este lugar se explica por la existencia de una villa en época romana, además de encontrarse próxima la calzada romana que comunicaba Clunia con el valle del Arlanza. Durante la época medieval, siguió jugando un importante papel en el valle de Tabladillo, quedando integrada en su alfoz. De esta manera, pasará a depender del cercano monasterio de San Juan de Tabladillo, y, a través de él, al de San Pedro de Arlanza, y posteriormente al de Santo Domingo de Silos.

La ermita de Santa Cecilia es una obra levantada a finales del siglo IX, según los modelos constructivos hispanovisigodos, aunque con posterioridad experimentará nuevas intervenciones hasta la segunda mitad del siglo XIII. De hecho, puede hablarse de dos momentos constructivos claramente diferenciados: la única nave, la cabecera y la articulación del muro meridional, con sus dos portadas y ventanas, corresponderían a finales del siglo IX; en un segundo momento, se construyeron la actual portada y la galería porticada, de formas y trazas románicas y fechadas hacia el año 1200. Sobre la cabecera se levanta una sencilla torre. Toda la fábrica está construida con muros de sillería y sillarejo.

En época románica se levantó la portada actual, abierta en el muro sur, en perfecta armonía con los dos vanos del templo prerrománico. Consta de una arquivolta, guardapolvo y arco de medio punto. Cabe destacar su relieve, de alto valor ornamental. El extradós del arco aparece decorado con entrelazos, y el guardapolvo con grandes hojas lanceoladas adosadas las unas a las otras. Todo el conjunto descarga sobre una imposta corrida, con motivos de flores tripétalas. Esta portada se encuentra cobijada por la galería porticada, la cual se levanta sobre un poyo para salvar el desnivel del terreno. Está compuesta por cuatro arcadas de medio punto peraltadas, engarzadas entre sí, y recorridas por una arquivolta en el exterior. Se decoran con ajedrezado de doble dado, y se asientan sobre pilares de planta rectangular. En el centro geométrico de la galería se sitúa la portada que da acceso al interior. La arcada que la enmarca es de mayor tamaño que las restantes, con arco de medio punto no peraltado y arquivolta carente de decoración. Esta galería ha sufrido importantes alteraciones consistentes en convertir los arcos de medio punto en peraltados y elevar la altura inicial de la galería, reformas que pudieron realizarse a finales del siglo XIX o comienzos del XX.

El interior es sumamente sencillo. Tiene cubierta plana. Al presbiterio se accede a través de un arco de herradura.